De caras lisas, suaves, por fuera. Por dentro definido, de estructura homogénea, constante.
De colores, transparente. Natural, sintético.
Valioso, caro, raro, único. Pequeño, gigante.
Cristalino, amorfo. Con clivaje, maclado.
Duro, frágil. Talco, diamante, extremos.
Refractor, brillo. Reflejo, centro, simetría.
Así es un CRISTAL.
Así soy YO. Te invito, deslumbrate…

miércoles, febrero 25, 2009

ORIGEN



Con la voz pausada me decís que el momento justo no ha llegado. Y yo te respondo que no somos nosotros quienes decidimos. Que es él quien nos marca el compás ahora. Son sus siete años de no hacer la pregunta. Son sus ganas de saber quién es explotándonos la cara.
Con actitud segura me recordás no haber elegido. Y yo te aseguro que fue la vida quien nos eligió a nosotros. Que fueron nuestras semillas las que se encontraron aún cuando el amor ya estaba perdido.
Con los ojos tristes me asegurás no haber tenido miedo. Y yo te desafío a aceptar que la genética no miente. Que la ciencia puede darte las respuestas que no crees certeras en mis labios.
Con la garganta apretada me preguntás porque ahora. Y yo no hago cálculos. Sólo te doy el mensaje. Te abro la puerta y me extiendo como un puente. Para que puedas alcanzar su mano. Para que no niegues lo que sus genes te están gritando en silencio.
SANDRA 25/02/2009

sábado, febrero 07, 2009

SI Y NO



La osadía es un lujo que puedo concederme.
No se detendrá el tiempo ni chocarán los planetas sólo porque mis actos se hayan teñido de un tinte de arrojo.
No hay lugar para la duda en mis cosas cotidianas. Y así vivo: me desplazo como un témpano que debe llegar al norte antes de ser consumido por las aguas.
Las diferencias ya no me asustan. He aprendido a tolerar que existen otros después de mi y que sus voces también me importan.
Los años ya no me pesan porque el devenir es ahora mi aliado, un actor protagónico en esta historia que me estoy reescribiendo.
No dejo nada al azar y sin embargo lo imprevisto tiene el sabor dulce y rojo de una cereza madura.
Quiero volar aunque no puedas alcanzarme, aunque te pierda para siempre en la tormenta de nuestros desencuentros. ¡Ojala pudiera darte mis alas!.
Pero ese, amor mío, es un lujo que no puedo darme.
SANDRA 5/02/2009