Me hundo en este tiempo vacío, inerte, detenido en las últimas cosquillas que salieron de tus manos, cuando me buceabas y yo te respiraba, impaciente, insaciable. Nuestro océano ya es desierto y los cristales de halita nos han cegado con sus destellos y su blancura.
Y yo que me soñaba cada noche entre tus brazos no encuentro mi espacio en este hiato sin sentido, en esta implosión de pasiones contenidas.
Mi mente me traiciona y me proyecta los secretos en el silencio de tu voz. Me habla desde el fondo de mi tristeza con palabras que no quiero escuchar. Y no quiero imaginarte lejos de mi cuerpo porque la desolación me mataría una y otra vez, mil veces antes de morirme de verdad.
Te impongo mi distancia para que me extrañes y me busques y ya no resistas la vida sin mi. Sólo basta estirarte, atraparme de nuevo, abrazarme, sin soltarme, como la primer vez.
SANDRA 18/1/2008
Y yo que me soñaba cada noche entre tus brazos no encuentro mi espacio en este hiato sin sentido, en esta implosión de pasiones contenidas.
Mi mente me traiciona y me proyecta los secretos en el silencio de tu voz. Me habla desde el fondo de mi tristeza con palabras que no quiero escuchar. Y no quiero imaginarte lejos de mi cuerpo porque la desolación me mataría una y otra vez, mil veces antes de morirme de verdad.
Te impongo mi distancia para que me extrañes y me busques y ya no resistas la vida sin mi. Sólo basta estirarte, atraparme de nuevo, abrazarme, sin soltarme, como la primer vez.
SANDRA 18/1/2008
2 comentarios:
¡tanta fuerza y emoción contenida en pocas líneas!
(¡Fuerza y besitos!)
Muy buen prosa poética. No sabía que la intervención del collage tenía su continuación, me alegro de que así sea.
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