Él duerme en la habitación de al lado, la que ella construyó antes de su nacimiento, cuando lo sentía moverse en su panza, al caer la noche en la casa aún vacía.
A él le cuesta dormir lejos de ella, en su propia cama. Prefiera la amplitud y la tibieza de la cama grande, donde el perfume de ella se mezcla con sus recuerdos de bebé.
Ella no duerme hasta que escucha el silencio apoderarse de la oscuridad. Entonces se relaja porque sabe que él descansa, que repone energías para ser al otro día el niño inquieto y curioso que siempre ha sido.
A ella le gusta despertarse con sus pasos de madrugada y sentir su cuerpito entibiando las sábanas. Y cuando el amanecer los sorprende con los pies pegados le da muchos besos y se levanta a preparar el desayuno.
A ambos les gusta seguir durmiendo tomados de la mano después de la leche y las tostadas. Es el momento de maxima unión porque saben que al levatarse cada uno tomará su camino, la escuela para él, la oficina para ella. Serán en el mundo una mujer y un niño, que se aman como si fueran uno, sabiendo que son dos.
MAMA 7/4/2008
3 comentarios:
San, que expresión perfecta del amor mas puro
estoy llorando
besos
"Ella no duerme hasta que ESCUCHA el silencio apoderarse de la oscuridad". Es que a todas las madres les gusta hacer lo imposible cuando se trata de los suyos, no?
Un texto sincero, plagado de amor.
Muy bueno!
A veces me digo que las mujeres tienen un privilegio enorme de transmitir su ternura en una forma hermosa, con sus manos, su mirada, sus labios o con las más bellas palabras.
Publicar un comentario