Es difícil hacer poesía
cuando el alma está envenenada.
Los sentimientos se recluyen en alguna parte
y dejan un vacío abismal,
un cráter humeante de roca sulfurosa.
Es imposible hallar el camino
si la brújula confunde el norte.
Los destinos se alteran en el futuro cercano
y no hay rumbo posible,
ni acto desesperado que simule consuelo.
Es inútil buscar soluciones
en donde no parece haber problema.
Los movimientos sobre el tablero
son vanos intentos de hallar un orden,
una órbita posible para anclar el planeta.
Es agotador ser motor permanente
cuando el viento sopla en contra.
La voluntad se dobla como palmera
pero se rompe, se resigna y al final
sólo le queda volverse polvo.
Es un alivio encontrar la salida
en el más cobarde de todos los acto.
Abrirse paso entre fantasmas,
cruzar la única puerta que siempre estuvo abierta,
despedirse con un simple adios.
en el más cobarde de todos los acto.
Abrirse paso entre fantasmas,
cruzar la única puerta que siempre estuvo abierta,
despedirse con un simple adios.
SANDRA 13/10/2008
1 comentario:
Es triste, pero es un poema genial, claro, preciso, y con las palabras justas!
besitos
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