La tierra está temblando y ya no es una metáfora.
No es de ira, no es por miedo. Sólo un eco débil de su vida interior, un reflejo despreocupado de rugidos que aún no han sido puestos en libertad.
La tierra grita cuando tiene ganas y no logra contenerse. Cuando los volcanes ya no alcanzan para aliviarla y los choques entre placas son la única salida.
La tierra se desahoga no por capricho, ni por soberbia.
Nos ignora, ni siquiera nos desprecia. Como virus en manojos deambulamos sobre ella. Y no importa cuanto odio descarguemos o de cuanto daño seamos capaces, la transformación será constante.
Seguirá sola, inmutable. Nos extinguirá en un suspiro, sin clemencia ni lamento, sin intervención divina.
SANDRA 1/3/2010
No es de ira, no es por miedo. Sólo un eco débil de su vida interior, un reflejo despreocupado de rugidos que aún no han sido puestos en libertad.
La tierra grita cuando tiene ganas y no logra contenerse. Cuando los volcanes ya no alcanzan para aliviarla y los choques entre placas son la única salida.
La tierra se desahoga no por capricho, ni por soberbia.
Nos ignora, ni siquiera nos desprecia. Como virus en manojos deambulamos sobre ella. Y no importa cuanto odio descarguemos o de cuanto daño seamos capaces, la transformación será constante.
Seguirá sola, inmutable. Nos extinguirá en un suspiro, sin clemencia ni lamento, sin intervención divina.
SANDRA 1/3/2010
2 comentarios:
Me encantaría que lo pongas en el post que publicamos al respecto en cruza
http://cruzagramas.com.ar/2010/03/solidaridad-con-nuestros-hermanos.html
Me alegra que vuelvas a la palabra.
Hola San, por este texto es que te quise mandar un mensaje. Me pareció excelente, sobre todo desde el ángulo de la indiferencia de la tierra hacia nosotros y muy poético a partir de elementos tan terrestres.
Después leeré el último que escribiste.
Besos
Cristina
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