DERRUMBE

La lluvia se deja oír copiosa a través de mi ventana y me pregunto desvelada si en la tuya se oirá también.
Imagino que si por la magnitud de la tormenta que debe ser tan grande cómo los veinte kilómetros que nos separan.
Las gotas golpean el vidrio como pidiendo que las deje entrar. Abro pero no las escucho porque mis sentidos salieron volando arrastrados por el viento en dirección norte, a tu encuentro, a tu espacio. Ese espacio vedado, cerrado a mis anhelos de compartir, de puertas abiertas y cajones accesibles.
El tiempo no logra derribar las defensas y me desespera verme afuera, parada, tocando el timbre. Me estoy mojando y tengo frío pero los puentes están levantados y las paredes son altas, tan altas que no puedo escalarlas.
Me trepo a mi paciencia y me digo mil veces que ya cederás, que mi amor todo lo puede y que algún día ya no será tu espacio, mi espacio, tu casa, mi casa. Será nuestro universo, para los dos, lleno de mundos sin cerraduras.
Entonces el compromiso tendrá alas. Será como ser libres por primera vez.
SANDRA 9/10/2007