
En el silencio de la noche sólo suena soledad, la presión sobre el pecho que pide llanto y las lágrimas que se niegan a brotar.
Duda eterna que quita la energía y las ganas de seguir. ¿Cómo se puede dudar del propio sentir, de los ojos gozando las pasiones, de las horas compartidas en abrazos?.
Si la vida no era nada hasta el encuentro y la búsqueda sólo era una costumbre. Si juntos es realmente lo invencible y perderse sería peor
que no ser.
La impotencia va ganando la partida y los sueños se retiran a invernar. Es débil la lucha cuando no hay eco en la mirada y se pierde el rumbo en tanto intento.
Es aún más solitario porque antes no había forma de saber. Es peor que no saber, es saber sin ser feliz.
SANDRA 20/04/2007
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