
Mi tiempo de niña se apagó el mismo instante en que te perdí. Los años se me cayeron encima y envejecí en un instante. Mucho tiempo después me encendí como mujer y le dí a tu nieto tu apellido como prueba de tu paso por la vida. No se desliza un día sin que te extrañe y me gusta despertar soñando que estas con nosotros en el mañana, Papá.
SANDRA 25/8/2007
2 comentarios:
Este texto con piel de gallina
y extrema melancolía, me pisoteo el corazón! y me arrancó algunas lágrimas...
Lindas palabras...
Besitos
Coni
estas congojas son saludables porque renuevan el voto familiar/ los que tenemos ausencias lo sabemos, tu escrito describe lo que siento a pesar del tiempo que parece alejar a mis queridos.
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