De caras lisas, suaves, por fuera. Por dentro definido, de estructura homogénea, constante.
De colores, transparente. Natural, sintético.
Valioso, caro, raro, único. Pequeño, gigante.
Cristalino, amorfo. Con clivaje, maclado.
Duro, frágil. Talco, diamante, extremos.
Refractor, brillo. Reflejo, centro, simetría.
Así es un CRISTAL.
Así soy YO. Te invito, deslumbrate…

lunes, agosto 13, 2007

ELECCIÓN


La vió parada delante de la vidriera y se enamoró de su sonrisa. Así que cuando entró y lo pidió para probárselo, inmediatamente decidió irse con ella. Al llegar a su casa, la joven lo sacó de la bolsa. Posó un rato frente al espejo sosteniéndolo contra su cuerpo. Se lo puso y comenzó su rutina diaria de ama de casa sin siquiera protegerlo con un delantal. ¿Cómo podía ser posible pasar la vida de esa manera?. Decidió que no lo soportaría y fue así como al día siguiente lo regresaron a la tienda luego de ser devuelto por un error en la tela.
La segunda vez lo compró una mujer de dimensiones abultadas que apenas cabía en su interior. Se lo llevó puesto, con unos zapatos que no combinaban con su apariencia, directamente a una cena a la que concurrieron personas que no le agradaron. Le resultó chocante pertenecerle a alguien de tan mal gusto. Así que logró incomodarla y al día siguiente volvió al maniquí por un error en el talle.
Pensó que la tercera sería la vencida pero lo venció la indiferencia de una dama muy acomodada que tenía tanta ropa que usaba sus prendas tan sólo una vez. No podría vivir ignorado en el fondo de un vestidor rodeado de pares tan abandonados como él. Así que se las arregló para volver a la vidriera por un error en el modelo.
La cuarta ocasión fue regalo de aniversario de un hombre a su mujer. La pareja vivía en un departamento muy pequeño y sintió que se ahogaba cuando lo acomodaron en el diminuto placard del diminuto dormitorio, apretado contra toda clase de prendas, arrugado como un papel en un puño. La sensación de encierro lo desesperó así que una vez más tuvo que regresar a la muñeca de dimensiones perfectas por un error en la confección.
Hubo otra ocasión en la que una turista se lo llevaba a un largo viaje, por lugares exóticos y lejanos, pero la idea de permanecer encerrado en una valija casi lo vuelve loco. La pobre turista lo cambió por otra cosa, por un error en las costuras.
Los meses fueron pasando y cada día regresaba a su ventana desde donde podía contemplar el mundo, distante. Llegó a pensar que esa mujer de plástico y cabello artificial que lo acogía sin hacer preguntas era la mejor de las opciones.
Los carteles de liquidación aparecieron por todas partes y temió el peor de los destinos ya que para esas ventas no se aceptaba devolución.
Pero debió haber transmitido muy bien su mensaje descolorido, su soledad contenida, sus ganas de no pertenecer, porque cuando ya no quedaba nada para ser vendido, él permanecía erguido, triunfante, sin dueña.
Se lo llevaron al taller donde lo expusieron como una curiosidad: el único vestido de la colección que no puedo ser vendido esa temporada.
SANDRA 13/8/2007

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