De caras lisas, suaves, por fuera. Por dentro definido, de estructura homogénea, constante.
De colores, transparente. Natural, sintético.
Valioso, caro, raro, único. Pequeño, gigante.
Cristalino, amorfo. Con clivaje, maclado.
Duro, frágil. Talco, diamante, extremos.
Refractor, brillo. Reflejo, centro, simetría.
Así es un CRISTAL.
Así soy YO. Te invito, deslumbrate…

viernes, agosto 03, 2007

ESCAPE

Después de varias horas de espera interminable una mujer asomó la cabeza por unos segundos y le anunció que podía pasar.
-¿Por dónde?, le preguntó él tratando de decidirse por una puerta.
-Cualquiera, Sr Rogelio, finalmente todas llevan al mismo lugar.
Dio un giro completo sobre si mismo, como un perro que se persigue la cola. Las puertas eran doce, iguales; sólo las diferenciaba un número pequeño.
Rogelio puso la silla en el centro de la habitación y se sentó a pensar. Sacó una hoja blanca y un lápiz negro de su portafolios. Dibujó un círculo perfecto abarcando toda la hoja. Dividió el círculo en doce partes iguales y colocó una puerta en cada una, justo al borde de la línea que contenía el círculo. Se dibujó sentado en el centro de la escena. Finalmente numeró las puertas.
Decidió penetrarlas todas a la vez. Se dividió él mismo en doce Rogelios. Las doce personalidades abandonaron el cuerpo una a una y se pararon delante de las puertas. Rogelio las vio desaparecer por detrás de la línea, hacia lo desconocido, hacia el vacío fuera de la hoja.
Y esperó, una vez más, con la certeza de que todo se resolvería en el mismo instante en que los doce enviados regresaran al círculo.
Lo hicieron todos juntos, en perfecta sincronización.
Rogelio los acogió sereno, confiado. Todos transmitieron su mensaje, su visión del otro lado.
Sólo una palabra, el resumen de lo aprendido. Rogelio se puso de pié con la hoja de papel aún en su mano, seguro de haber encontrado las respuestas. Buscó la salida pero sólo estaban allí las doce puertas de su dibujo. La presión del encierro lo obligó a gritar.
La mujer volvió a asomarse y le recordó que lo estaban esperando.
-Si, ya se-respondió él- pero somos doce, ¿con cuál de nosotros quieren hablar?
SANDRA 19/6/2007

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